Los Simpsons (1989)



Título original: The Simpsons.
Duración: 22 min.
País: Estados Unidos.
Director: Matt Groening (Creador), Mark Kirkland, Steven Dean Moore, Jim Reardon, Bob Anderson, David Silverman, Mike B. Anderson, Wesley Archer, Matthew Nastuk, Nancy Kruse, Michael Polcino, Rich Moore, Lance Kramer, Chuck Sheetz, Jeffrey Lynch, Susie Dietter, Pete Michels, Raymond S. Persi.
Guión: Matt Groening, James L. Brooks, Sam Simon, John Swartzwelder, Dan Greaney, David X. Cohen, Richard Appel, Jennifer Crittenden, Matt Selman, Jon Vitti, Bill Canterbury, Al Jean.
Música: Alf Clausen, Richard Gibbs, Arthur B. Rubinstein (Tema: Danny Elfman).
Fotografía: Animación.
Reparto: Animación.
Género: Serie de TV / Animación / Comedia / Familia / Sátira.  

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PD:
 
"[...] del 11 al 18 de marzo de 1995, de forma voluntaria y retribuida, me embarqué en un crucero de siete noches por el Caribe (7NC) a bordo del Zenith3, un barco de [...]
3. Ningún bromista podría resistir la tentación mental de rebautizar al barco como b.m. Nadir tras ver el nombre idiota del Zenith en el folleto de Celebrity, de forma que perdónenme, pero el nuevo bautizo no quiere decir que yo tenga nada personal contra el barco en sí."


 "La promesa no es que ustedes pueden experimentar un gran placer, sino que lo van a experimentar [...]".
"[...] el Fleet Bar111 de la cubierta 11, todo azul y blanco y [...]"

111. El Fleet Bar también es la sede del «Té Elegante» que se celebra más tarde, en donde las señoras mayores llevan guantes largos de bailarinas de striptease y levantan los meñiques al coger las tazas. Entre mis violaciones de la etiqueta del «Té Elegante» están por lo visto: a) pensar que a la gente le iba a resultar graciosa la camiseta con diseño de esmoquin que me he puesto porque no me tomé en serio las instrucciones del folleto de Celebrity de que había que traer un esmoquin de verdad al barco; b) pensar que [...]"
"[...] -la promesa de saciar esa parte de mí que siempre y solamente QUIERE- es la fantasía central que el folleto vende. Hay que fijarse en que la verdadera fantasía no es que se va a cumplir esa promesa, sino el que pueda cumplirse de alguna forma. He aquí una inmensa mentira. Y por supuesto quiero creérmela -a la mierda Buda-, quiero creer que esa Fantasía Vacacional Suprema va a reportar los suficientes cuidados, que esta vez el lujo y el placer van a ser administrados de forma tan completa e infalible que mi parte Infantil quedará saciada.
Pero mi parte Infantil es insaciable: en realidad su misma esencia o Dasein consiste en su insaciabilidad apriorística. En respuesta a cualquier entorno de gratificaciones y cuidados extraordinarios, el Niño Insaciable que hay en mí simplemente ajusta sus deseos al alza hasta que nuevamente los estabiliza en su homeostasis de terrible insatisfacción. [...]"
"Algo realmente crucial de los Cruceros de Lujo se está haciendo evidente aquí: ser entretenido por alguien a quien le disgustas profundamente y tener la impresión de que te mereces ese disgusto al mismo tiempo que te duele [...]. A lo largo del día y la noche siguientes, tiempo que pasé sin salir para nada del camarote 1009, metido en la cama [...] Después [...], los rigores de la reentrada subsiguiente en la vida real del mundo adulto en tierra no fueron tan duros como me había hecho temer la semana de Absolutamente Nada".
David Foster Wallace (Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer).


2 comentarios:

Tyler Durden dijo...

Si algún marciano ha llegado a la tierra y se ha puesto a navegar por la red hasta dar casualmente con esta entrada, le remito a Wikipedia para que entre en antecedentes y descubra qué son Los Simpsons:
http://es.wikipedia.org/wiki/Los_Simpson

Creo que nosotros, los terrícolas, no nesecitamos presentaciones. Para alguien como yo, de (casi) 27 años, Los Simpsons son, ni más ni menos, sus compañeros de viaje. Quienes siempre estuvieron ahí.

Los Simpsons han sido criticados por Bart y su conducta poco ejemplar, por la glorificación de la vagancia y la estupidez que supuestamente representa Homer Simpson, por el declive de calidad de la serie (hagan ustedes una serie de -hasta ahora- 23 temporadas e intenten que todas sean perfectas, no te jode...)... muchas críticas han surgido siempre de "grupos neardertales", pero existe gente más interesante que también ha planteado dudas y críticas sobre la serie; sobre su falsa fachada de incorrección política y anarquismo, por un lado, ya que no deja de ser un producto televisivo muy bien acomodado en stablishment (o la versión débil de esta crítica, que tan sólo pone sobre la mesa las contradicciones que esta situación produce), o por la función negativa de la ironía enarbolada por serie con orgullo, algo que, no obstante, sería achacable a absolutamente toda la producción televisiva; esto es algo que supo apuntar muy bien David Foster Wallace, quien -¡sorpresa!- aparece en el capítulo que he seleccionado para este homenaje a los Simpsons; concretamente, el capítulo de la vigésimotercera temporada de la serie titulado A Totally Fun Thing Bart Will Never Do Again, título que homenajea claramente a Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer, artículo que aparece en la recopilación de artículos titulada con el mismo nombre, donde curiosamente aparece también E unibus pluram: televisión y narrativa americana, que es justamente el texto en el que David Foster Wallace equipara a Bart con Alf, Snoopy, Garfield, Butthead y otras másquinas de cinismo, una forma de ver el mundo que el escritor despreciaba.

Qué hubiera pensado DFW al verse simpsonizado con su "camiseta-esmoquin" o ver un barco bautizado con el nombre Nadir en un capítulo que homenajea brevemente uno de los textos suyos del libro en el que también criticó a los Simpsons en otro artículo, nunca lo sabremos; pero creo que habrían sido pensamientos un tanto lúgubres y, sobre todo, mucho más lúcidos de lo que yo podría decir ahora mismo sobre todo este embrollo.

Tyler Durden dijo...

El capítulo narra el hastío de un Bart Simpson que, desesperado, embarca a sus padres en un crucero donde "divertirse está obligado". Pero pronto se dará cuenta de que el Crucero acabará y volverá al mismo hastío de siempre. Así que hace creer a la tripulación de que un virus se ha extendido por el planeta y deben mantenerse en el barco, imaginando que será "la fiesta sin fin" que él desea. Al final, su hermana y su familia y los sucesos que se desencadenan en el barco le harán ver que la vida está llena de tedio y monotonía y que una fiesta sin fin es imposible, pero que hay momentos perfectos y que la clave es saber exprimirlos al máximo hasta la muerte, haciendo el viaje lo más agradable posible. Contando así parece el típico final edulcorado, el mensaje cliché, pero quizás los clichés no sean más que verdades que de tanto repetidas suenan a gastado, aunque no hayan dejado de ser verdad. Y con las canciones de Hot Chip (gran comienzo de capítulo, con pantalla partida a lo 127 horas) y Animal Collective, los guiños cómicos del guión que salpican la trama y las tonterías de Homer Simpson el mensaje final no suena edulcorado, y en realidad eso son los Simpsons (lo mejores Simpsons), situaciones incorrectas que finalizan de forma conservadora, sí, pero agradable, no como otras patochadas nihilistas llenas de mal gusto y sal gruesa como South Park y Padre de familia.
En su texto, DFW también expresaba la incapacidad de saciar al Niño que llevamos dentro, pero además de esto, aborrecía la vida en el crucero. No es ´sólo que no creyese en la posibilidad de una fiesta sin fin: el Crucero, además, le parecía el infierno.

Si el "No pienses tanto, ¡diviértete!" final de Homer Simpson es una invitación a la estupidez o un consejo sabio de alguien que intenta disfrutar de la vida dentro de lo posible es algo difícil de precisar, al igual que plantea dudas que un pensador de tal calibre y un escritor tan fantástico como DFW no pudiera evitar pese a ello sentirse un fraude e incapaz de disfrutar de una semana de Absolutamente Nada, algo que lo llegó a buscar refugio en lo opuesto, el Aburrimiento, con -por desgracia- catastróficos resultados. ¿Se le pudo olvidar quizás lo que era agua? Eso es agua.

A veces, mientras disfrutas, puede que estés comportándote como un jodido imbécil, pero pensar demasiado y verlo todo desde fuera, sin tirarte nunca a la piscina, puede llevarte al borde de una soga. ¿Dónde está el equilibrio? Lo único cierto es que en la vida hay mucho tedio, monotonía y dolor, pero que también hay grandes momentos que te hacen pensar, en los momentos cumbre, que aunque la vida no tenga sentido y nos espere la más cruel y absurda Nada el viaje habrá merecido aunque sea por dar unos derrapes y mirar el paisaje a través de la ventanilla.

Creo que en esta ocasión estoy más cerca de los Simpsons... en esta serie no hay sólo ironía.