Lo mejor del año 2020


Os dejo mi tradicional resumen con lo mejor del año pasado en cuanto a cine, series, lecturas y demás.
Como siempre, aún tengo varios films interesantes pendientes de ver (NUNCA, CASI NUNCA, A VECES, SIEMPRE…, DICK JOHNSON IS DEAD, MARTIN EDEN, BEGINNING, MY MEXICAN BRETZEL…), y también alguna serie (TALES FROM THE LOOP, THE NEW POPE, LA CONJURA CONTRA AMÉRICA…), pero lo cierto es que dudo mucho que vayan a cambiar mis listas en demasía… no obstante, como cada año, dejo por prudencia en la imagen un huequito (sobra decir que si alguien nota alguna ausencia imperdonable en cualquier lista no dude en señalármelo –tomaré nota para echarle un ojo en cuanto pueda–)…
Dicho esto, allá vamos.

Del 2020 no voy a decir gran cosa. A pesar de toda la locura para mí fue un año fantástico en lo personal, aunque si hablamos de pelis, música y libros lo cierto es que quizás podría haber aprovechado mejor el tiempo. Sí, durante el confinamiento aproveché bastante el tiempo, pero audiovisualmente hablando, llamadme loco, pero QUIZÁS había mejores planes que tragarme la saga completa de FAST & FURIOUS (y cuando digo completa, implica HOBBS & SHAW y los cortometrajes LOS BANDOLEROS y –el horrible– TURBO-CHARGED PRELUDE). Vale, también hubo tiempo para algún clásico pendiente (IL CASANOVA DI FEDERICO FELLINI –que no me gustó nada–, LOS PECES ROJOS, HELLRAISER…), y dediqué bastante tiempo al rollito apocalíptico (CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE, CONTAGIO…), pero la mayor parte del tiempo, cuando no estaba disfrutando del alopécico buffet de esteroides vigoréxicos de Vin Diesel, Dwayne Johnson y Jason Statham flipándoselo a doscientos kilómetros por hora mientras daban catorce vueltas de campana entre los dos puentes más altos del mundo conduciendo un Aston Martin trucado (y otras cositas así), perdía el tiempo con infumables series de mierda como THIS IS US, SEX EDUCATION (segunda temporada), EMILY EN PARÍS, WHITE LINES (horrorosa) o la soporífera y sobreactuada LA CASA DE PAPEL (cuarta temporada). Y respecto a la lectura, en fin; no diré que leí poco, pero leí más antes del confinamiento que después (y aún no he recuperado mi ritmo). A nivel cine la verdad es que ha sido un año bastante flojo, pero bueno, por primera vez es algo entendible, dada la coyuntura. Y he podido rescatar para el top una serie de pelis bastante estimables. Aunque si el futuro (o más bien el presente) de lo audiovisual está en las plataformas tipo Netflix, apañados vamos. Netflix & cía se han revelado como una fábrica de salchichas, y da igual que te fichen a Scorsese o a Kaufman: es como si McDonalds contratase a Ferran Adrià para anunciar su nueva hamburguesa foie deluxe. ¿Qué importa cuando al final solo van a venderte otra hamburguesa de mierda más? Y de las series mejor ni hablamos, porque para una buena que sale te roban un mes de tu vida al año con basura infecta. ¿Y en la nueva ecuación, dónde queda el cine tradicional? Pues intentando sobrevivir poniéndole una capa a todo y ofreciendo su habitual ración de cine inclusivo y diverso en la pretemporada de los Oscars (que ojo: yo no tengo nada en contra de buenas películas sobre estos temas: entre mis favoritas de este año, se encuentran obras como CASA AJENA o las empoderadas EL HOMBRE INVISIBLE, EMA y PROMISING YOUNG WOMAN; lo que no soporto es ver pelis de ese estilo cuya única razón de ser es la de blanquear la imagen de la productora, poder venderse mejor como producto y-barra-o llevarse algún premio a casa –razón por la que este año directamente ni me he molestado en ver cosas como JUDAS AND THE BLACK MESSIAH, UNA NOCHE EN MIAMI… o MA RAINEY'S BLACK BOTTOM (que venía con la ración extra de morbo de contar con el pobre Chadwick Boseman entre su reparto)–). De hecho, este año he aprendido un nuevo término: “Oscar Bait”; término que os recomiendo grabar a fuego en vuestras mentes, ya que conceptualiza una idea que llevaba muchísimo tiempo en mi cabeza y no sabía verbalizar con suficiente concreción. Son Oscar Bait, por ejemplo, EL JUICIO DE LOS 7 DE CHICAGO o HILLBILLY, UNA ELEGÍA RURAL, y esa es la causa por la que no las he visto.
Pero bueno, que me voy por las ramas. Podría concluir diciendo que cada vez hay más pero peor oferta (vamos, que mucha cantidad pero poca calidad). Y que con tanto bosque, y tanta rama seca, y tanto crítico a sueldo de plataformas y productoras, resulta extremadamente difícil desbrozar con acierto y separar el grano de la paja satisfactoriamente. Lo cierto es que hay que tirar mucho de instinto y jugársela en los descartes para evitar tragarte demasiada mierda, con la triste consecuencia de que cuanto más te la juegas más posibilidades tienes de dejar pasar sin querer alguna obra estimable. Es lo que hay, qué le vamos a hacer.
Dicho esto, después de la purga, mi clásico top cinco ha quedado así de cuco este año:

TOP PELÍCULAS (por orden alfabético):

- EL AÑO DEL DESCUBRIMIENTO.


La mejor película española del año (justa ganadora de, entre otros premios, dos Goyas a mejor montaje y mejor documental). Si incluyéramos series quizás dudaría, ya que ANTIDISTURBIOS me encantó, pero en cuanto a cine no tengo duda alguna, y eso que este año ha habido cosas muy chulas, como LAS NIÑAS o NO MATARÁS (sí, la de Mario Casas –para que luego digáis que tengo prejuicios (fuera de bromas: David Victori promete)–). A Luis López Carrasco no lo conocía de nada (aunque por lo visto ya debía tener cositas estimables en su haber –EL FUTURO–), así que por lo que a mí respecta su película ha sido, valga la redundancia, todo un descubrimiento. Que nadie se asuste al comienzo y aguante, porque en cuanto te atrapa consigue que sus 200 minutos de duración se pasen como un suspiro (toma nota puto Snyder). ¿De qué va la vaina? Pues de gente hablando en un bar. ¿No parece muy apasionante, verdad? Pues vaya si lo es. No se me ocurre un film más necesario en esta época de borregos conformistas aplaudiendo durante el confinamiento desde sus balcones. Y ya era hora de que alguien nos recordara que, a veces, para conseguir ciertas cosas hace falta algo más que consignas y caceroladas. Un documental de los de ver con papel y boli para ir anotando todas las ideas que te van lanzando. Añadir que este año ha pasado algo curioso, y es que casi todas las películas de mi top se relacionan con otras estrenadas en 2020 que también me han gustado mucho y han estado a punto de entrar en dicho top. En el caso de El año del descubrimiento, su dupla (o, más bien, doppelgänger) sería la muy interesante (y mal entendida) NUEVO ORDEN, un film de Michel Franco que podría entenderse como el reverso tenebroso de lo que nos propone el documental español. Os recomendaría sesión doble con debate posterior entre cervecitas. De nada. 

EMA (¡que no EMMA!).


Lo he dicho antes. No tengo nada en contra de buenas películas sobre empoderamiento femenino o, que sé yo, racismo o transexualidad. No es la temática lo que las convierte Oscar Bait, es su falta de honestidad. Y la peli de Pablo Larraín es una buena película, sincera y arriesgada. Pablito ya es un viejo conocido en mis tops: estuvo en el de 2015 con su maravillosa EL CLUB (que te hagan reír con una peli sobre curas pederastas me parece impagable). En esta ocasión, lo que se nos cuenta es la historia de una joven reguetonera con un hijo de ida y vuelta envuelta en relaciones tóxicas muy locas con un maquiavélico plan en mente todavía más loco. Parece un cacao, y la verdad es que se monta un buen chocho, pero en la peli todo funciona. Es difícil no dejarse llevar por el ritmo endiablado con que el director nos arrastra, o no empatizar con una protagonista moralmente cuestionable; pero eso es algo que siempre pasa con el buen cine (como antítesis, tendríamos a WHITE LINES, aborrecible serie del principal responsable de la aborrecible LA CASA DE PAPEL con unos protagonistas que es imposible no odiar –cuando, claramente, el guion está intentando conseguir lo contrario–). Respecto a cuestiones actorales, Mariana Di Girolamo es un ciclón que se come la pantalla (pedazo de actriz a seguir), y Gael García Bernal aguanta bien el tsunami (y nos regala un monólogo espectacular –toma nota puto Mario Casas–). En fin, que muy bien. No obstante, he de decir que EMA no estaría en el top si la interesantísima PROMISING YOUNG WOMAN, su dupla, no hubiera jodido todo lo construido a lo largo de su metraje en el último giro de guion de la película. En serio, sin ese giro estaríamos hablando del mejor (y más crudo) film de 2020 con diferencia. Que ojo, sigue siendo duro, pero podría haberse marcado un Haneke y al final se hace caquita en los pantalones. De los minutos finales que más me han dolido en mucho tiempo, al nivel de A.I. INTELIGENCIA ARTIFICAL (solo de recordar a los putos marcianos se me parte el alma). ¿Ese giro convierte a Promising Young Woman en una mala película? Desde luego que no (¡vedla!), pero la baja del podio sin remedio (por cierto, Carey Mulligan también está espectacular –para quien no le suene, es la chica de Gosling en Drive–).

- HOST.


Este año el terror ha estado bastante bien. EL HOMBRE INVISIBLE era un blockbuster empoderado de primer nivel, y CASA AJENA me encantó (no está en el top porque ya existe UNDER THE SHADOW –que sí entró en el top de 2016–, con la que comparte muchos paralelismos). La punkarra BLISS tampoco estuvo nada mal y la lovecraftiana THE EMPTY MAN en unos años podría convertirse fácilmente en una peli de culto (y la tacho de lovecraftiana por poner algún adjetivo, pero es tal su mezcla de subgéneros –dentro del género de terror– que resulta complicado etiquetarla). Y bueno, también me divirtió bastante ESTE CUERPO ME SIENTA DE MUERTE (aunque el implicadísimo Vince Vaughn se come con patatas a una sosa y muy limitada Kathryn Newton). Pero, si hay algo que me gusta, es el cine que se saca la polla con pocos medios. En 2018, incluí en mi top a The Guilty, a la que señalé como “un puto prodigio de la economía de medios”. Pues bien: HOST se la folla. Recuerdo que en aquella ocasión también dije: “no inventa la Coca Cola, ni falta que le hace”, algo igualmente aplicable a HOST. Pero, ¿de verdad le importa eso a alguien? A mí es que me vendes una peli de espiritismo por Zoom grabada durante la cuarentena y ya te estoy dando mi dinero. Pero es que encima esto no es THE BLAIR WITCH PROJECT, señores. Host no es ninguna tomadura de pelo: da miedo de verdad. Repito: espiritismo y Zoom. ¿De verdad hace falta seguir hablando? En esta ocasión, su dupla sería MURDER DEATH KOREATOWN, que es HOST con esteroides. ¿No os suena? ¡Normal! Nadie sabe quién ha hecho esta película. Sí, como lo oís. El film surgió en unos foros de internet y se extendió como la pólvora. Es un rollo metraje encontrado estilo cámara en mano sobre un tío que está investigando un asesinato (real) ocurrido en el distrito coreano de Los Ángeles. El tío en cuestión cada vez te va pareciendo más loco, o quizás lo realmente loco sean los detalles que van surgiendo en torno a su investigación, detalles que sugieren un extraño submundo muy en la onda de la mejor peli de 2018: UNDER THE SILVER LAKE (entrada en La Bobina, aquí). En fin, que a mí me moló mucho, y es lo más extraño del año y un must see bizarro en toda regla (amén de futuro film de culto sí o sí), aunque tampoco sea tan redondo como para meterlo dentro del top.

- MIGNONNES (CUTIES –o como se tradujo (con un par) en España: GUAPIS (entrada en La Bobina, aquí)–).


Llegamos a la mejor película del año. Lo dije nada más verla, y no, no se trataba de una boutade. Si hace unas líneas he dicho que MURDER DEATH KOREATOWN es HOST con esteroides, MIGNONNES sería la versión hipertrofiada de LAS NIÑAS (su dupla). Las niñas, de la zaragozana Pilar Palomero, es un estupendo coming-of-age film en el que es muy difícil no sentirse identificado. Su marco espacial (ciudad española) y generacional (la directora es casi de mi quinta) hace muy difícil no empatizar y entender todo lo que se nos cuenta. Y por ello se disfruta, y mucho, durante su visionado. Pero ay, amigos. Después tenemos Mignonnes, que no habla de LOS NIÑOS QUE FUIMOS, sino de LOS NIÑOS QUE SON. Y que también es un estupendo coming-of-age film, pero en directo, con niñas de hoy en día y la brecha generacional que al adulto que lo ve le supone. Su directora, Maïmouna Doucouré, es más joven que Pilar Palomero, y su retrato infantil mucho más actual, pero igual de honesto. Desconozco su biografía, pero algo me dice que siendo francesa de padres senegaleses, país africano en el que un 94% de su población es musulmana, quizás haya más verdad en sus fotogramas de la que en un principio podría suponerse. Con merecidísimos premios en su haber como el de mejor directora en el Festival de Sundance o el de mejor actriz revelación en los Premios César (magnífica y magnética Fathia Youssouf Abdillahi), no es culpa ni de su directora ni de su película que la salchichera Netflix la recogiera y la incorporara a su catálogo vendiéndola como la fantasía de un pedófilo. Incluso la Ministra de Cultura de Francia, Roselyne Bachelot, salió en su defensa en un comunicado, sentenciando con acierto que “aquellos que critican la película entran en total contradicción con el propósito del trabajo de la directora”. Y si ciertas escenas están claramente sexualizadas, es precisamente porque se critica la excesiva sexualización actualmente existente incluso entre los más jóvenes (si no sabéis de qué estoy hablando, entonces es que nunca habéis entrado a Tik Tok o IG Videos). Pero siempre se trata de una sexualización nacida desde la más absoluta inocencia de las niñas, que solo bailan tal y como ven a bailar a la gente en los videoclips de las redes, inocencia únicamente enturbiada cuando se observa desde una mirada adulta ya contaminada. En mi opinión, Mignonnes es un película PRECIOSA en la que muchas niñas podrían verse reflejadas, a las cuales se anima a seguir un camino intermedio entre el rancio puritanismo opresor de los fanatismos religiosos (y otros fanatismos no tan religiosos) y la execrable mercantilización corporal y absoluta sexualización de nuestra actual sociedad de consumo, con una serie de hermosísimas a la par que contundentes imágenes simbólicas y el mejor y más bonito final que he tenido el placer de ver este año (me bajé la hipnótica Amanké Dionti nada más terminar de verla).

- OTRA RONDA (DRUK).


Tras CELEBRACIÓN, primera y multipremiada película del movimiento Dogma estrenada en 1998, parecía que a Thomas Vinterberg se lo había tragado la tierra. Sí, seguía en activo, pero ninguno de sus siguientes films tuvieron demasiada relevancia. Al menos, hasta la excelente LA CAZA, notable película de 2012 sobre una (falsa) acusación de abusos sexuales y las consecuencias que esta genera en la vida de un hombre, ganadora a Mejor guion en los Premios del Cine Europeo y a Mejor actor en Cannes. Ocho años después, el director repite con el fantástico Mads Mikkels (el mejor Hannibal Lecter que existe) y nos regala OTRA RONDA (para mí, su mejor película –la cual, por cierto, lo está petando en festivales–). Este es el único film de los cinco que no tiene dupla, y también el que más cerca estuvo de no entrar, porque la ya comentada Casa ajena, por ejemplo, también me gustó bastante, igual que otras como PALM SPRINGS (no obstante, si en el primer caso ya existía Under the Shadow, lo cual le restaba algunos puntos, en el de Palm Springs existe, sí, exacto, ATRAPADO EN EL TIEMPO –pese a todo, no os la perdáis por nada del mundo (diría que es el mejor papel de la carrera de Andy Samberg, pero estamos hablando del tío que protagonizó las maravillosas POPSTAR y FLIPADO SOBRE RUEDAS, así que no me atrevo a sentenciar tal cosa)–). Volviendo a Otra ronda… ¿os acordáis cuando en el episodio 171 de Los Simpsons (Homer contra la decimoctava enmienda –octava temporada–) Homer brinda diciendo “¡Por el alcohol! Causa y a la vez solución de todos los problemas de la vida”? Pues eso es justamente lo que nos cuenta Otra ronda a lo largo de 116 minutos, sin dejarse nada. Ni los problemas que produce, ni la (¿falsa?) liberación que otorga “el puntillo”. Como expertos equilibristas sobre la delgada línea entre la euforia y la tristeza etílica, cuatro profesores de instituto experimentan con la ebriedad en una espiral ascendente que traerá consecuencias. Y sí, para algunos estas consecuencias serán (muy) malas, pero, a pesar de su mensaje un tanto ambiguo, en mi opinión al final se apodera lo dionisiaco, y la película se convierte en una celebración de la vida conscientemente arrebatada, que conoce y asume todas las consecuencias y abraza las aristas (pero repito: este es un análisis de la peli completamente subjetivo –quizá a algunos los bailecitos del final les parezcan el colmo del patetismo, pero a mí no me transmiten nada más que alegría y libertad–). Y bueno, como en esta casa somos muy dionisiacos, tirando a hedonistas, era difícil que no agradara un film así de valiente y marciano. Aplauso para Thomas.

¿Qué más ha habido este año? Vayamos de arriba abajo (para no eternizarme, intentaré ser lo más breve posible y no hablaré de los films que me han gustado/disgustado pero ya he nombrado durante el análisis de mi top cinco). Estuvieron bastante bien: LA CAZA (no confundir con la de Thomas Vinterberg de 2012 que he mencionado una líneas más arriba), una en principio formularia película de caza humana que a los pocos minutos de metraje te peta la cabeza con sus “giritos”, llena de mala baba contra el cliché del ricachón demócrata progresista (que me recuerda y mucho al votante de Podemos con estudios superiores) y realmente entretenida. Es pura serie B, no nos engañemos, por mucho que al final aparezca Hilary Swank, y ni siquiera es la mejor película de Craig Zobel (tenéis que ver COMPLIANCE), pero y qué; ONDINA. UN AMOR PARA SIEMPRE, una peli de sirenas (o no) con un rollito muy especial; EL DILEMA DE LAS REDES, documental que aunque a veces caiga en cierto tremendismo (problemón es coger la peste negra, no volverse adicto a las redes) debería ser de obligado visionado; SOUND OF METAL, la "buena peli estándar" apta para todos los espectadores que más me ha gustado de este año (muy por encima de Nomadlands, Small Axes y Minaris varias), y que destaca principalmente por su excelente uso del sonido y una actuación soberbia de Riz Ahmed; CORPUS CHRISTI, interesante film polaco con un cura menos típico que el padre Apeles; BORAT, PELÍCULA FILM SECUELA, menos graciosa y menos original que la primera, pero con un final absolutamente brutal (e indefendible por parte de "las víctimas", por mucho que UTBH o sucedáneos se empeñen en intentar lavar la cara del asqueroso Giuliani), al nivel de los mejores momentos de Who Is America?; POSSESSOR, A.K.A. "el hijísimo de Cronenberg empieza a coger pulso", aceptable ganadora de un muy flojo Festival de Sitges; HATER, otro interesante film polaco que, a pesar de los denodados esfuerzos de su director por epatar, termina dejándote un buen sabor de boca; o GUNS AKIMBO, macarrada rollete Kingsman protagonizada por un Harry Potter sin duchar con pistolas insertadas en las manos.
Si bajásemos un poco más el listón, tendríamos obras pasables como SONIC (y es que con Jim Carrey todo se medio salva -podría haber sido tan mala (¿os acordáis de Super Mario Bros?)...-), ONWARD (que ya no recuerdo ni de qué iba, pero sí que era mejor que SOUL -A.K.A. "cojamos todo lo que hizo especial a Coco y copiémoslo quitando todo el alma (sí, a Soul le falta ALMA) en el proceso"-), VICIOUS FUN (típica peli que es imposible que me disguste pero que el final ni tan vicious ni tan fun), PSYCHO GOREMAN (haced CTRL+C con lo que acabo de decir para Vicious Fun y pegadlo aquí), WOLFWALKERS (tanto La canción del mar como El secreto del libro de Kells eran mejores), LUX AETERNA (un Gaspar Noé desganado menos apto que nunca para epilépticos), RIFKIN’S FESTIVAL (Woody Allen poniendo en piloto automático a su piloto automático -por favor (¡POR FAVOR!), que nos no vuelva a intentar sugerir EN LA VIDA que podría existir la mínima posibilidad de relación sentimental entre alguien como Wallace Shawn y alguien como Elena Anaya-), NOMADLAND (fascinante para quien le fascine ver a Frances McDormand conduciendo, andando despacio y/o haciendo trabajos basura), LA (no tan) INCREÍBLE HISTORIA DE DAVID COPPERFIELD (se deja ver), EL DIABLO A TODAS HORAS (¡pero a todas todas -Ohio es un pañuelo rebosante de mocarros white trash-!), ON THE ROCKS (o cómo ni siquiera el carisma de Bill Murray puede salvar por completo una película -aunque la salve bastante-), SPREE (curiosidad sitgera que se deja ver 1), DESCONECTADOS (curiosidad sitgera que se deja ver 2), LA PINTORA Y EL LADRÓN (no me gustó ni la mitad de lo que esperaba -¿qué cojones nos intenta decir la directora de ese par de freaks?-), JUMANJI SIGUIENTE NIVEL (es lo que pretende ser -no se le puede pedir más-) o COLOR OUT OF SPACE (la segunda mejor peli lovecraftiana del año -la primera fue la ya comentada THE EMPTY MAN-, con el suplemento extra de poder disfrutar de un Nicolas Cage tripi mode).
Me dejaron frío: MINARI (falsa peli oriental que nos vuelve a vender la oxidada moto del sueño americano), BABY (desde Airbag, Juanma Bajo Ulloa no da una por mucho que lo intente), SAINT MAUD (intento fallido de A24 de hacer la típica peli de A24), BECKY (curiosidad sitgera que se deja ver, pero menos), VERANO DEL 85 (Ozon rarete light), COLLECTIVE (viviendo en España, todo el entramado de corrupción mostrado resulta tan naíf...) SMALL AXE (temas raciales bien filmados que me importan un bledo), MANK (en otro rincón de la red ya expliqué en su momento mi problema con Mank, y me da pereza repetirlo), THE OWNERS (con lo mala actriz que es Maisie Williams, aquí es la que mejor lo hace), SHE DIES TOMORROW (bostezo), TENET (bostezo embrollado) o THE VAST OF NIGHT (bostezo de género).
Y bajando bajando, llegamos a lo peor del año.

TOP DECEPCIONES (como siempre, no hablaré de lo que directamente evité ver -PE, la ya nombrada HILLBILLY, UNA ELEGÍA RURAL-, ni de basura evidente desde el teaser -PE, PENÍNSULA-, sino de pelis cuyo resultado final se encuentra en las antípodas de sus pretensiones):

- FIRST COW.
Hace unos años, cuando todavía andaba intentando terminar mi horrible y asquerosa carrera, me apunté junto a un amigo a un festival de cine feminista (o LGTBydemássiglasnuevas o similar) porque nos daban créditos, y entre las distintas películas que vimos/sufrimos la única que se salvaba un poco era MEEK'S CUTOFF, de Kelly Reichardt. No la recuerdo demasiado bien, solo que no me desagradó. Sí me quedó un vago recuerdo de que era una narradora pausada, pero nada loco nivel Béla Tarr... parsimonia fílmica asumible vaya, y más o menos justificada por lo narrado. Así que abordé First Cow, su peli más reciente, con cierto no sé si diría entusiasmo, pero al menos curiosidad. Y no sé, quizás sea porque el estilo de la directora se ha radicalizado, o quizás porque a estas alturas de mi vida cinéfila ya no estoy para ostias ni para que me tomen el pelo, pero la verdad es que su visionado me resultó una experiencia soporífera. First Cow es sin duda la película que más me ha aburrido y más me ha creado esa sensación de estar perdiendo tiempo irrecuperable de tu vida durante el metraje (en competencia con SHE DIES TOMORROW, ¡pero es que de esta última no esperaba nada!). Ha ganado más de un premio (porque a la crítica le suele poner cachonda los peñazos), pero eso es algo circunstancial. Por mi parte, creo que no volveré a ver ninguna película de esta señora.

- DÓNDE ESTÁS, BERNADETTE.
Todos sabemos que Linklater pasa de ANTES DEL AMANECER a A SCANNER DARKLY con ESCUELA DE ROCK entre medias sin despeinarse un pelo. Vamos, que es un puto loco que nunca sabes por dónde te va a salir. Pero si hay una (casi) constante en su obra, es que sus películas (casi) siempre aportan algo, atrapan o acaban resultando interesantes por una razón u otra. Algo que sucede incluso con películas que a priori no te llaman absolutamente nada (PE, BERNIE). Dónde estás Bernadette, a priori, no me llamaba absolutamente nada, pero como acabo de decir, en el caso de Linklater merece la pena arriesgarse. Por desgracia, estamos ante uno de sus "casi". Dónde estás Bernadette es una película de "tragedias del primer mundo" incomprensible, desnortada, repleta de hilos sueltos y bastante innecesaria, con una Cate Blanchett que defiende sin éxito un ingrato papel protagónico con el que resulta imposible empatizar. Decepción total.

- A LA MIERDA EL 2020.
Netflix dando por culo nuevamente, para variar… se vendió como una comedieta de Charlie Brooker sobre el annus horribilis de este milenio, y claro, a ver quién no compra algo salido de la mente detrás de BLACK MIRROR (entrada en La Bobina, aquí). Yo creo que hasta Netflix era consciente de la basura que tenía entre manos, porque los avances promocionales no te dejaban ver prácticamente nada del metraje. Normal. Si llego a escuchar un solo chiste en el trailer no hubiera tocado a este falso documental ni con un palo. ¿Sabéis esos monólogos de Paramount Channel del típico monologuista supermalo que debería darte hasta ternura pero es tan nefasto que solo tienes ganas de pegarle una ostia en la cara? Pues A la mierda el 2020 son 70 minutos de esa sensación. Si dijese que es una sucesión de chistes de niño pequeño me quedaría corto, es más bien una sucesión de chistes de niño pequeño DE LOS AÑOS 80. Hasta los niños de hoy tienen más chispa y más malicia que este inútil producto. Yo soy muy de respetar el gusto ajeno (bueno, mentira; no lo respeto, más bien me la suda lo que le guste o deje de gustar a los demás –que ya son mayorcitos–), pero en este caso creo que quien disfrute con A la mierda el 2020 tiene que tener algún tipo de discapacidad. No sé, me parece de persona con la que no me tomaría ni un café. Después de verla (bueno, de semiverla, porque os tengo que confesar que solo fui capaz de aguantar la mitad) estuve indagando y dirigen dos don nadies; además, al frente del guion no solo sale Charlie Brooker, sino también, entre otros, Alan Connor, Jason Hazeley y Thanyia Moore, muy conocidos en su casa, así que he decidido pensar que al bueno de Charlie le han hecho un Movie 43, porque si no es que se me cae un mito.

- ESTOY PENSANDO EN DEJARLO.
Mi problema con el Kaufman director en general y Estoy pensando en dejarlo en particular también fue explicado en su momento en otro rincón de la red, así que en este caso tampoco voy a repetirme. Para mí, la mayor decepción del 2020 con diferencia. Charlie Kaufman: nueva víctima de “el efecto Netflix”; ¿qué admirado autor será el próximo en caer?

- ORÍGENES SECRETOS.
Este año el cine español nos ha regalado buenas mierdas. La irritante y casposa PARA TODA LA MUERTE, la tramposa y efectista HOGAR (también hubo buenas pelis, sí –LAS NIÑAS, NO MATARÁS…–, pero ahora estamos a lo que estamos)… de entre todas ellas, la peor fue Orígenes secretos. Acabo de decir que Estoy pensando en dejarlo ha sido mi mayor decepción de este año, pero eso no significa que sea la peor de la lista. Significa que esperaba mucho de ella y me dio muy poco. Para basura auténtica, A la mierda 2020 y Orígenes secretos. El film de David Galán Galindo me sirvió al menos para confirmar varias cosas: que AL FINAL TODOS MUEREN fue un espejismo, que Brays Efe solo sirve para hacer de Paquita o que Javier Rey es el actor más limitado del panorama (hasta los extras sin líneas de diálogo se le comen en pantalla –en serio, hacía mucho mucho tiempo que no veía una actuación tan mala (es mala hasta el punto de que te saca de la película porque no puedes paras de pensar “joder qué mal lo hace el cabrón”)–). En fin, que por no aprovechar el director no aprovecha ni a Verónica Echegui, que ya es delito. ¡Ah! Y las escenas de acción, nivel peli turca. ¡Si en realidad deberíais verla! Porque caer caerán risas.

TOP SERIES:

- ANTIDISTURBIOS (si metiera series en el top películas, esta estaría en los primeros puestos; Antidisturbios me ha parecido una de las propuestas audiovisuales más potentes del año; en pocas palabras: me ha flipado. Creo que es lo mejor de Sorogoyen, que ya es decir, y se come con patatas a otras series españolas laureadas este año como la interesante –aunque bastante amiga del flirteo con el melodrama– PATRIA. Factura visual cinematográfia, actores en estado de gracia y un guion férreo que bordea pero nunca cae en lo epatante, la tragedia comodona o el efectismo facilón. Sé que estaría muy difícil una segunda temporada a la altura, pero la verdad es que uno se queda con ganas de más).

- DARK (TEMPORADA 3) (no es tan buena como podría haber sido –peca de gratuitamente enrevesada (aunque no hasta el punto de TENET, que me hizo salir del cine sin ningún tipo de interés por averiguar qué narices acaba de ver durante 150 confusísimos minutos)–, pero la verdad es que todo esto de los multiversos, los viajes en el tiempo y sus paradojas a mí es algo que me encanta, así que feliz y deseando ver nuevas pelis y series sobre el tema. Al final, eso sí, el final no era para tanto, pero con que no se hayan marcado un LOST me basta, la verdad).

- VENENO (entrada en La Bobina, aquí los Javis me caen en gracia, la verdad. Seriaza con frescura y mamoneo del bueno que además me descubrió a Sen Senra (a quien actualmente escuchamos en bucle). Todas las Cristinas Ortiz lo hacen de fábula, y la particular visión cutremolona de nuestra España reciente que nos ofrecen me gusta más que el moderneo retro, arty y forzado de Tanganas y Rosalías. Estas vidas de farándula y noches cruzando el Mississippi me encantan, así que mi opinión puede ser poco objetiva, pero bueno, tratándose de listas de lo mejor del año según mi criterio tampoco es que la cosa prometiese mucha objetividad, ¿no?).

- EL PALMAR DE TROYA (Wild Wild Country? ¡Ja! El palmar de Troya sí es pura droga sin cortar. La verdad que este año, a nivel series, España ha estado fina. Con más plot twists que Lost, no pienso deciros nada sobre ella para que lleguéis a su visionado con la virginidad intacta. ¡Vedla!).

- RICK Y MORTY (TEMPORADA 4) (Menos filosofadas pretenciosas nivel THE MIDNIGHT GOSPEL –jamás casaron peor fondo y forma– y más Rick y Morty. La mejor serie animada norteamericana desde LOS SIMPSONS entrada en La Bobina, aquí).

En el top series de 2019 dije que podría haber bautizado a ese año como “el año de las series”, y que acabé tan empachado que prometí desintoxicarme en 2020, promesa que incumplí al llegar el confinamiento. Pues eso. Con el confinamiento, nuevo empacho, pero no un empacho cualquiera: empacho de (en su mayor parte) comida basura (y no será por no haber series a priori más interesantes y que no vimos, como GAMBITO DE DAMA, DRÁCULA, RAISED BY WOLVES o las ya enumeradas al comienzo de este texto). A saber (aparte de las ya comentadas al principio del texto): 30 MONEDAS (horrible –el peor Álex de la Iglesia desatado durante 8 episodios inenarrables–), THE BOYS (TEMPORADA 2) (perdiendo aire cual globo pinchado –como no remonte, es muy probable que deje a mitad su tercera temporada–), WE ARE WHO WE ARE (aguantamos un solo capítulo viendo deambular al insoportable gilipollas Jack Dylan Grazer), TIGER KING (también aguantamos un capítulo –too much white trash–), UNORTHODOX (otra que aguantamos un capítulo –total… ya sabes todo lo que te va a contar desde el primer minuto–), DISCLOSURE: SER TRANS EN HOLLYWOOD (rollazo concienciado), MIRACLE WORKERS (volví a ver la maravillosa MAN SEEKIN WOMAN junto a Marta –y volví a LLORAR de risa (no es una frase hecha)– y cometí el error de pensar de que todo lo de Simon Rich tenía que ser gracioso –también volví a ver con ella BLACK MIRROR, y ha envejecido genial–), ESTA MIERDA ME SUPERA (¡el rollito Netflix sí que me supera!), VERGÜENZA (TEMPORADA 3) (entretenida sin más), GANGS OF LONDON (mucha ostia y –muy– pocas nueces –las ostias, coreografiadas y filmadas de lujo, eso sí–), DEVS (interesante, pero no deja huella), THE MANDALORIAN (TEMPORADAS 1 y 2) (lo mejor del universo Star Wars desde ROGUE ONE, lo cual no implica necesariamente que estemos ante una obra maestra –bastante buena sí es, las cosas como son–), COINCOIN Y LOS EXTRAHUMANOS (Dumont en su línea)… ¡Ah! Y nos tragamos casi entera la mítica A DOS METROS BAJO TIERRA (bastante buena).

TOP LECTURAS (no son libros publicados en 2020, sino leídos por mí durante 2020 –lista completa, aquí–):

- LAS MÁSCARAS DE DIOS, de Joseph Campbell (cuatro ensayos maravillosos –sobre todo, los tres primeros– que deberían leerse en las escuelas; respecto al resto de ensayos que leí, también me gustaron: VIAJAR EN EL TIEMPO, HISTORIA DE LOS ESPEJOS, EN PRESENCIA DE SCHOPENHAUER y CÓMO ANALIZAR UN FILM).

- MORTAL Y ROSA, de Francisco Umbral (Umbral ha sido mi descubrimiento este año).

- REBELION EN LA GRANJA, de George Orwell (leí a bastantes clásicos –HOMENAJE A CATALUÑA (también de Orwell), POEMAS DE LA OFICINA, EL CASTILLO DE LOS CÁRPATOS, CARTAS A UN AMIGO ALEMÁN…–, pero Rebelión en la granja me pareció la obra más redonda).

- LUNAR PARK, de Bret Easton Ellis (¡novelón!).

- DRAGON BALL SUPER, de Akira Toriyama (por ser generosos, ya que solo marca las líneas maestras del guion y el dibujo es de Toyotarō; lo importante, no obstante, es que consiguieron hacerme volver a la infancia un poco. Tanto el Torneo entre los Universos 6 y 7 y el Torneo del Poder Multiversal organizado por los Zenos, como la historia del Kaio-shin malvado/Goku Black, y todo ese rollo del ultrainstinto tan tan zen me encantaron, y estoy deseando ver cómo continúa la historia, para rememorar cual magdalena proustiana, aunque solo sea una vez al mes, viejas sensaciones de la infancia).

También estuvieron bien (pero no tanto) NEUROMANTE, CITA CON RAMA, LA CARRETERA, CUENTOS DE SOMBRAS, ZHUANG ZI, «MAESTRO CHUANG TSÉ», ATRAPA EL PEZ DORADO… pero bueno, que ya he dejado la lista completa más arriba (PD: el peor del año fue UN HIPSTER EN LA ESPAÑA VACÍA, novelita a la que se le terminan las ocurrencias en la página 20 aprox.).

TOP MÚSICA:

Este año dejé el trap (insertar emotional piano). Me cabreé con las monetizaciones de Youtube y privaticé y dejé tirado mi canal de trap (y me hice uno nuevo sobre cosas del curro jaja), que era el que me empujaba un poco a estar al día. Así que he escuchado menos trap que nunca. Lo cual ha sido bueno, ya que he abierto mis oídos hacia otros sonidos. También ayudó comprarme un tocadiscos pepino y algún que otro vinilo. Las cinco cosas que más me gustaron fueron:

- El UND PRUEBA de Yung Beef y toda su mixtape LÁGRIMAS (y dentro de esta, especialmente, su temazo DIFFERENT GYAL). Sí, he escuchado menos trap, pero he escuchado. Y este año Yung Beef ha estado especialmente inspirado, sacando material que podría colocarse entre lo mejor de toda su obra (y mira que tiene cosas buenas). Cecilio.G, sin embargo, estuvo bastante más flojo (no sacó nada especial que reseñar). El CORONAMOS – LA MIXTAPE de Jordi Ganchitos también me gustó mucho (no es coña, LA NIÑA DEL LO-FI la canción COVID perfecta).

- TÚ NO ME TIENES QUE SALVAR, de Depresión Sonora, descubierto gracias a Los Prieto Flores. También me escuché su anterior EP “Depresión sonora” y me gustó mucho su rollete post-punk

- El álbum SENSACIONES, de Sen Senra, sensacional desde el primer al último tema. Me lo pillé en vinilo y es lo que más he escuchado este año. Descubierto gracias a un amigo y a los Javis y su VENENO (suya es la canción que suena cuando muere Cristina). Dejo una canción al azar, porque todas son buenas (tampoco os perdáis esto).

- DISCOTECA EN RUINAS, de Joe Crepúsculo. En esta casa somos muy de Joe Crepúsculo, así que fue maravilloso que el músico catalán nos regalara este himno pandémico, perfecto para bailar sin control cuando los conciertos regresen (algún día).

- SIMULACRO, de Rafael Berrio. En realidad esta no es una canción de 2020, pero qué importa. Fue en 2020 cuando Jordi Ganchitos me lo descubrió a través de su IG, a raíz de su fallecimiento. Me parece una canción redonda.

Este año también me dio por intentar aprender a bailar shuffle durante el confinamiento, y practicar bachata, y además descubrí otros temas de otros años que se escucharon en bucle en nuestra casa, como el DEVIL EYES de Hippie Sabotage o el rap de la vieja escuela QUIEN SOY, interpretado en acústico por Original Juan (descubierto gracias al canal de Youtube Pero de Buen Rollo, de El Chojín), y más cositas de 2020, como lo nuevo de Juicy Bae y la Zowi, el DENTRO Y EN CONTRA de Marcelo Criminal u otro tema COVID: el ¿OS ACORDÁIS? de Albert Pla, pero ya se quedarían fuera del top.

¡Eso ha sido todo! El año que viene, más y mejor.

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