El triunfo de la voluntad (1935)


Título original: Triumph des Willens.
Duración: 110 min.
País: Alemania.
Director: Leni Riefenstahl.
Guión: Leni Riefenstahl & Walter Ruttmann.
Música: Herbert Windt & Richard Wagner.
Fotografía: Sepp Allgeier (B&W).
Reparto: Adolf Hitler, Max Amann, Martin Bormann, Walter Buch, Walter Darré, Otto Dietrich, Sepp Dietrich, Hans Frank, Josef Goebbels, Hermann Göring, Jakob Grimminger, Rudolf Hess.
Género: Documental / Nazismo.

"La mezcla de sangre y el menoscabo del nivel racial que le es inherente constituyen la única y exclusiva razón del hundimiento de antiguas civilizaciones.
[...] El antípoda del ario es el judío. [...] Si pasamos revista a todas las causas del desastre alemán, advertiremos que la causa final y decisiva estriba en haber omitido comprender el problema racial y, en especial, la amenaza judía".

Adolf Hitler.
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2 comentarios:

Tyler Durden dijo...

Desde agosto tenía pensado hacer un "Especial Holocausto" de tres películas en La bobina de Pandora. Hoy empiezo con la primera. Desde luego éste es un tema que tenía que salir antes o después en el blog. Tranquilos: pese a mis frecuentemente desviadas opiniones sobre las cosas, no pienso defender lo indefendible (si bien he de reconocer que en mi más tierna adolescencia fui un kamikaze mental que tonteó con las ideas más extremas y absurdas, para acabar dándome cuenta que el equilibrio y la mesura defendida por ciertos griegos era un muy buen invento). Pero quiero y debo recordarlo, quiero que no se olvide. Me aterra pensar que algo así pueda volver a repetirse algún día... Camus definió el siglo XX al comienzo de El hombre rebelde como el siglo de los genocidios, y no puedo estar más de acuerdo. ¿Cómo llegamos a este punto? ¿Cómo podemos recordarlo? ¿Cómo podemos representarlo?

Las tres películas que voy a capturar representan las tres formas posibles de acercarse al tema (al menos, según mi parecer). Las dos primeras son, en mi opinión, totalmente equivocadas y dañinas; la tercera sin embargo parece una vía digna y posible, si es que existe tal cosa. Pero creo que merece la pena intentar recordar ciertas cosas, y recordarlas como se merecen. Empezaremos con El triunfo de la voluntad.

El triunfo de la voluntad es, sin duda, una de las peores formas de representación, si no la peor. Podría argumentarse que este film no trata sobre el holocausto, y de forma directa no lo trata; de hecho, aún no había empezado. Pero sí está su sombra: El triunfo de la voluntad es el camino que llevó hasta él. Por tanto, el genocidio late bajo cada fotograma. Técnicamente, es un documental básicamente perfecto. Sus escenas asombran y ponen la piel de gallina, pero buf... ¿maestría al servicio de qué? Mucha gente asocia más la película a las imágenes del paso de revista a las SS y SA, con esas tropas uniformadas con miles de banderas rojas; es decir, con Hitler enseñando al mundo lo grande que la tenía... o a esa caminata nocturna con antorchas y hogueras, ciertamente visionaria.
Pero yo he preferido recordar y capturar la Concentración de las Juventudes Hitlerianas y Juventudes Alemanas en el German Stadium, porque representan unas actitudes que sigo viendo hoy en día en la gente.

Aquí Hitler parece una rock star de primera, sólo le falta la guitarra. La gente grita y suspira mientras él hace su show... realmente, me han dado ganas de hacer un montaje poniendo en el discurso al público de algún concierto televisado de los Beatles o similar. El ambiente no cambiaría demasiado. Y todos esos niños embelesados, dios, resulta terrorífico y fascinante a la vez.

Tyler Durden dijo...

Continúo:

La leyenda presenta a Hitler como un gran orador, pero yo le escucho y no me dice gran cosa. Es más bien guiñolesco, aunque no tanto como el Duce. Tampoco creo que me envolviera demasiado la gente: detesto las multitudes (pero nunca se sabe... la absorción por parte de la masa está muy bien representada en el manga Adolf, de Osamu Tezuka, cuando Sohei Toge acude a un mitin del führer). No obstante, hay que admitir que transmite entrega y sinceridad, algo que haría falta a los políticos de ahora... bueno, no. Hoy estamos en otro mundo, con otro tipo de populacho y líderes. David Foster Wallacer, a quien le voy a desgastar el nombre algún día, reflexionaba muy bien sobre esto en la gira en la que siguió a McCain. Hoy nadie en su sano juicio (perteneciente a la llamada sociedad del bienestar, por supuesto) se siente parte de un pueblo oprimido; hoy no se cree en casi nada y en casi nadie. Eso es triste para muchas cosas pero también es muy bueno para evitar genocidios. Creo que no es demasiado malo pensar que ninguna idea es lo suficientemente buena como para matar o dar la vida por ella, o quizás es realmente triste, dejenme seguir pensándomelo... (lo aquí dicho vale para Occidente: la dicotomía Oriente-Occidente (con un Oriente más amigo de la masa y las grandes ideas por las que dar la vida) está muy bien reflejada en la novela Mao II de Don DeLillo).

Decir que El triunfo de la voluntad es un documental es como decir que Brácula es una buena adaptación vampírica; chirría. ¿Docuqué? Aquí nada se documenta: todo está forzado y calculado al milímetro. La película es pura propaganda, y utiliza técnicas muy usadas hoy en día en el mundillo publicitario. Se nos vende una moto, que encima en realidad es un triciclo. Nos mienten, se mienten y siguen con su mentira hasta el final, cueste lo que cueste.

Hasta algunos llegarán a negar el holocausto tiempo después. Todo sea por preservar la mentira.
Una mentira piadosa quizá este bien, por mucho que diga Kant; una mentira que trae el exterminio de millones de personas ya es más condenable, ¿no creen? No creo que la representación correcta deba venir por el lado de la mentira. Hitler no era un dios germánico bajado de los cielos arios a salvar a su pueblo (no puedo creer en los dioses y me voy a poner a divinizar a las personas... ¡vamos, anda!), pero ojo, tampoco era un enfermizo demonio del inframundo.

Hitler era un ser humano.

De la demonización, la segunda vía equivocada, hablaremos en la siguiente película.

PD: Lean sobre la vida de Leni, la directora. Merece la pena:

http://es.wikipedia.org/wiki/Leni_Riefenstahl

Sobre el film:

http://es.wikipedia.org/wiki/El_triunfo_de_la_voluntad

(tiene otras películas muy interesantes; no se pierdan Olympia o, a modo de curiosidad, su último documental sobre fondo marinos, en 2002 (la tía murió a los 101 años)).

¡Ah! Y he dejado ese fragmento del "Mi lucha" para todo aquel que dijo que "Hitler no avisó", que él "no sabía lo que estaba pasando". Tóquenme un poco los huevos, anda.