El sol del membrillo (1992)


Título original: El sol del membrillo.
Duración: 139 min.
País: España.
Director: Víctor Erice.
Guión: Víctor Erice.
Música: Pascal Gaigne.
Fotografía: Javier Aguirresarobe & Ángel Luis Fernández.
Reparto: Antonio López, Marina Moreno, Enrique Gran, María López, Carmen López, Elisa Ruiz, José Carretero, Amalia Aria, Lucio Muñoz, Esperanza Parada.
Género: Documental / Biográfico.

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2 comentarios:

Tyler Durden dijo...

Antes que nada, dos cosas. 1) Al haber metido cinco entradas de golpe voy a ser más breve en los comentarios. 2) Si has visto esta "película", aconsejo que veas estos vídeos antes de seguir:

http://www.youtube.com/watch?v=5zYZHfOd1kw&feature=related

Éste aún es mejor:

http://www.youtube.com/watch?v=gXiugqqORh4

Partimos por tanto de la base de que es muy fácil mofarse de una figura como el pintor Antonio López, hiperrealista, detallista y minucioso, con cuadros pendientes como uno de la familia real que empezó a pintar antes de que la princesa Elena se casara con Marichalar... un tío de otro planeta, como muchos artistas, que vive por y para la pintura. Y él es el protagonista absoluto de este ensayo-documental cinematográfico (no me atrevo a llamarla película), que narra el intento del pintor por retratar unos membrillos (pero estos se marchitan antes de que termine -sic-).

Y si el protagonista es un marciano, el director no se anda a la zaga. Obviando algún corto y películas corales entre varios directores, Víctor Erice ha firmado dos películas y un documental (éste) en... 41 años. Jajaja, es algo así como el "Zulueta cahier" (o Zulueta es el "Erice serie B", como quieran ustedes). Sus dos películas, El sur y El espíritu de la colmena, han provocado numerosas erecciones entre la crítica, y lo cierto es que son personalísimas, marcianas, muy "de autor" y altamente recomendables, pero no es el tipo de obra maestra que a mí me quita el sueño, he de reconocerlo. Más bien me lo da un poco.

Este documental sigue su estilo talibán caiga quien caiga: es muy fácil aburrirse. No es algo así como El misterio Picasso (espero que la hayáis visto, es increíble), es lenta como el pintor y su vida, y narra lo que narra: un tío pintando membrillos. Guerín y sus trenes de sombras no son las primeras marcianadas autorales del cine español señores, ha llovido mucho antes.

Pero también es cierto que es un film que mueve a la reflexión, que establece paralelismos entre la pintura y el arte de filmar y que, aunque genere ciertos bostezos, resulta una experiencia única y enriquecedora.

Así que vosotros sabréis. Lo mejor, que probéis con algo más suave como El espíritu de la colmena, y si os va, adelante.

Tyler Durden dijo...

Actualización:

Hace unos días me desplacé a Madrid con la familia para disfrutar con la exposición de Antonio López que ha organizado el Thyssen.

Dejando de lado la exposición, que fue una maravilla (y además me permitió descubrir la faceta escultórica del pintor), tuve la suerte de acudir un sábado, día en el que a las 7 de la tarde, una vez cerrado la zona del museo permanente, se realizaban proyecciones audiovisuales relacionadas con el pintor. Y aún tuve más suerte en acudir un sábado en el que no se proyectase El sol del membrillo, película que no hubiese aguantado ver por tercera vez, sino varios fragmentos sumamente interesantes.

En primer lugar, Apuntes (1990-1992), de Víctor Erice, sobre la cuál no diré nada porque me quedé dormido como un tronco jajaja, venía de empalmada de pasar una fantástica noche con mi chica y el ritmoillo del director español pudo conmigo... pero luego comenzó Correspondencias Erice/Kiarostami (2005) y me desperté a mitad y me alegro porque todo lo que vi fue sumamente interesante.

Por si alguien no sabe nada de la relación entre Víctor Erice y Abbas Kiarostami, lean:

http://www.elpais.com/articulo/cine/Dialogo/maestros/cine/pausado/elpepuculcin/20060210elpepicin_3/Tes

Y una visión menos benévola (pero quizás más acertada) de la obra resultante de dicha relación:

http://www.miradas.net/2006/n49/estudio/articulo2.html

En primer lugar, me dio tiempo de ver un fragmento de El jardín del pintor, donde Erice vuelve al jardín donde pintó a Antonio. Y después disfruté de El membrillo, de Abbas Kiarostami, una especie de coda a la película de Erica donde Kiarostami imagina que uno de los membrillos del árbol cae fuera de la casa y viaja río abajo hasta que un pastor sospechosamente pro zoofilia comparte el membrillo con su rebaño jaja, impagable la bajada del membrillo por el río, a ritmo de jazz o algo así...

Y después, 38 minutos de la conversación que Erice y López mantuvieron en el plató de Versión Española en 1999, que, sinceramente, me ayudaron y mucho a apreciar mejor este film.

Me gustó mucho la corrección educada que hizo Erice a Cayetana dejándola un poco como una imbécil. Cayetana comenzó el programa diciendo las típicas chorradas que se dicen cuando tienes delante a dos pesos pesados y encima te hacen sonar más imbécil. Y después empezó a presentar la película como la lucha heroica de un pintor por atrapar la realidad, bla bla bla... Erice, en cuanto tuvo la palabra, sin corregirla expresamente dijo que precisamente El sol del membrillo se diferenciaba de cualquier otro tipo de cine hollywoodiense sobre el arte en que no presentaba al pintor como un luchador heroico contra los elementos, sino a un hombre en su día a día, con toda la cotidianidad que eso conlleva, y que eso, obviando la ficción que supone el uso de un dispositivo fílmico para contarlo, estaba más cerca de la verdad que el pintor presentado como un superhéroe en busca de la belleza.

También entendí lo verdaderamente improvisado de la filmación, y su naturalidad y verismo, y me encantaron frases como esa de Antonio sobre que en el fondo, en un membrillero está todo el universo (muy en la línea de la piel del tigre borgiana), aunque López no me dio la impresión de ser precisamente un gran pensador: pintar se le da bastante mejor, pero se nota que se esfuerza por resultar interesante.

Y los datos sobre la utilización de ciertos motivos como la antena de televisión ("el nuevo árbol") también fueron muy enriquecedores. Aunque al final tan sólo estemos hablando de un hombre con un pincel intentando captar un membrillo en su máximo esplendor, mientras que la naturaleza, indiferente, siga su curso, grandioso y decadente, y todo lo que ello conlleva... quizás suene muy Cayetana, perdónenme. En el fondo es bastante complejo. Y simple.