Pink Flamingos (1972)


Título original: Pink Flamingos.
Duración: 95 min.
País: Estados Unidos.
Director: John Waters.
Guión: John Waters.
Música: Varios.
Fotografía: John Waters.
Reparto: Divine, Danny Mills, David Lochary, Mary Vivian Pearce, Mink Stole, Edith Massey.
Género: Comedia negra / Cine independiente / Película de culto / Gore.

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2 comentarios:

Tyler Durden dijo...

Antes que nada, perdón por la baja calidad de las capturas... no he podido hacer más. Para aclarar la imagen que encabeza la entrada, decir que no es que la lengua de Divine sea marrón: es que está masticando mierda.

Como dice alguna crítica por ahí, Pink Flamingos envejece bien; ya que si la ultra violencia kubrickiana nos resulta hoy día bastante descafeinada, Pink Flamingos, por contra, sigue resultando una película absolutamente asquerosa. El film está repleto de cosas como sexo sadomasoquista con pollos, transexuales, inyecciones de semen, hermofroditas, castraciones, felaciones "madre"-hijo, ingesta de materia fecal, algo de canibalismo... en fin, lo mejor de cada casa. Sólo he capturado la mamada incestuosa y la impresionante y coprofágica escena final, con Divine haciendo muecas mientras mastica.

A mí me resulta una película bastante triste, para qué negarlo. La gente me da pena, no me produce gracia. Creo que no me gustaría conocer a John Waters; un director, por cierto, al que le sentó fatal cinematográficamente hablando entrar en circuitos más convencionales y menos underground salvo honrosas excepciones, como Los asesinatos de mamá.

Es cierto que el cine busca provocar sensaciones al espectador, y que esta película, sinceramente, no puede dejar indiferente. Es cierto que parece absurdo criticar a este film diciendo que es una mierda o que es asqueroso, cuando la intención principal de su director era hacer la mierda cinematográfica más asquerosa de la historia pero... seamos un poco serios.

Este año he vuelto a apuntarme al curso de análisis fílmico impartido anualmente por Luis Úrbez, gracias al cual pude realizar ese análisis de ¡Olvídate de mí! que ya publiqué en esta web, y sigo aprendiendo mucho, y recordando cosas esenciales pero de las que a veces no somos muy conscientes.

Úrbez vino a explicar el otro día la diferencia entre historia y relato. Una historia sería una sucesión de hechos reales o no, mientras que el relato es la narración de esos hechos. Es decir, nos ha (o se nos ha) podido ocurrir cierta historia, pero es el relato el que nos permite comunicarla a los demás; dentro del relato, hay miles de opciones: el relato cinematográfico, el musical, el oral, el narrativo, el mímico, el arquitectónico, el pictórico... podemos relatar la misma historia de infinitas formas diferentes, ya que cada uno de estos tipos de relato cuenta con sus propios recursos.

Tyler Durden dijo...

Continúo aquí por falta de espacio:

A continuación, Úrbez ponía un ejemplo sencillo: estamos en su curso y la recepcionista ha decidido escuchar la charla, pero suena el teléfono y deja la silla vacía. Esa silla filmada tendría diferentes niveles de significación: el primero, sería la imagen de una silla; el segundo, la imagen de una silla vacía; el tercero, la imagen de una silla vacía porque quien la ocupaba la abandonó; el cuarto, la imagen de una silla vacía porque quien la ocupaba la abandonó para cumplir su deber (aquí ya entra una interpretación personal, que nos puede llevar a un quinto nivel que de a esa silla un significado simbólico); el quinto, pues, podría simbolizar el deber cumplido.

A lo que Úrbez quería llegar, es que cinematográficamente hablando todos estos niveles de significación nos deberían importar una mierda, porque ya están en la contemplación no cinematográfica de la cosa, que el verdadero crítico cinematográfico debería fijarse en un posible 6 nivel donde hayan entrado en juego los recursos del relato cinematográfico: por ejemplo, filmar la silla con una iluminación oscura, desde arriba, de forma que nos pueda hacer creer que ese deber cumplido no es algo importante, que es un gesto absurdo que no merece consideración.

Es cierto que la crítica muy pocas veces es tan profesional, y suele centrarse en lo que ya está en las cosas representadas, al margen del cine, como el realismo, la belleza, la fogosidad... por un lado es entendible, porque sólo las grandes obras y las obras maestras pasarían esta criba... pero por otro lado obviar algo tan evidente nos lleva a valorar cosas como Pink Flamingos, que lo único que hizo fue filmar cosas ya de por sí asquerosas que seguían pareciendo asquerosas en la pantalla. Más mérito tendría haber filmado un amanecer de forma que resultase algo totalmente asqueroso usando recursos cinematográficos, ¿no? Piénsenlo.

Tampoco tenemos que tomar las cosas tan en serio como para estar preparados para echar un curriculum en los Cahiers pero... que tampoco se nos vaya la olla. ¿Icono de la contracultura que hay que ver como buen cinéfago? Ok. Pero no olvidemos que, a pesar de que John Waters logró filmar una mierda asquerosísima tal y como el quería, lo que filmó fue una mierda asquerosísima, nada más. No sé si me entienden.