León (El profesional) (1994)


Título original: Leon (Léon).
Duración: 110 min.
País: Francia.
Director: Luc Besson.
Guión: Luc Besson.
Música: Eric Serra.
Fotografía: Thierry Arbogast.
Reparto: Jean Reno, Natalie Portman, Gary Oldman, Danny Aiello, Samy Nacery, Peter Apple, Michael Badalucco, Ellen Greene, Elizabeth Regen, Maïwenn Le Besco.
Género: Acción / Crimen.
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2 comentarios:

Tyler Durden dijo...

He de hacer un paréntesis en mi mes de estudio desaforado porque Natalie Portman acaba de ganar el Globo de Oro por su impresionante actuación en Cisne Negro (desde luego Aronofsky no me convence por muchas cosas -exceptuando este Cisne Negro, que me ha fascinado-, pero no se puede negar que saca oro de sus actores). Bien es cierto que no ha sido la única en ganarlo, pero es que da la casualidad de que Natalie Portman es una musa para mí y, en mi opinión, la mejor actriz viva. Natalie Portman tiene una belleza tan impresionante que a veces no me parece humana (vean su episodio en New York, I love you, cuando muestra su rostro con la cabeza totalmente rapada... ¿Quién podría estar tan bella? No he vuelto a ver nada parecido en toda mi vida). Su rostro es más territorio del mito y la leyenda que de la madre tierra... quizá esto podría convertirla en una estatua asexuada como Audrey Hepburn, pero no es el caso: además, rezuma sensualidad y sexualidad a través de cada uno de los poros de su piel. León (El profesional), más que un film, es un fetiche para mí, y si ya fue la primera musa de mi antiguo blog (http://joellovesclementine.blogspot.com/2007/02/musas-1.html) también merecía ocupar un hueco en éste.

La primera vez que vi esta película tendría unos 13 años (qué año más intenso fue el de los 13 para mí...). Natalie también tenía 13 cuando la hizo. Comprenderán que me quedase inmediatamente enamorado de ella. El problema es que viendo de nuevo la película, a mis 25, lo primero que casualmente me viene a la cabeza es un fragmento de Dejar de estar bastante alejado de todo, de David Foster Wallace, donde viendo unos equipos de revoleadoras de la Feria Estatal de Illinois del 93 reflexiona: "A partir de los doce años -un equipo con vestidos negros de lycra que parecen leotardos sacados de viejas fotos eróticas-, hay, me temo, una sexualidad obvia que empieza a resultar incómoda. Ya se puede ver a algunas chicas de dieciséis debajo de las canastas de baloncesto haciendo pequeños revoleos y aperturas de piernas a modo de calentamiento, y constituyen un espectáculo lo bastante inquietante como para hacerme desear que hubiera una copia de la normativa criminal del estado a mano".

Jejeje, nunca me cansaré de Wallace. Lo asiduos a La Bobina saben de primera mano que estos jueguecitos con temas escabrosos son más habituales en el cine de lo que se piensa, pero es que estamos hablando de León (El profesional), una película COMERCIAL. Como en el reciente caso de la Hit-Girl de Kick Ass, eso aún resulta más inquietante. Y no, estas ideas no son fruto de una mente calenturienta enamorada de Natalie Portman desde los 13 años. Escenas como la de Natalie diciendo al portero del edificio que León es su amante mientras sujeta un fálico bolígrafo con sus manos, su escenificación del Like a Virgin o de Marilyn y saber que sus padres obligaron a suprimir una escena de la película en la que debía aparecer desnuda hacen de mi opinión un hecho indiscutible.

Continúo en el siguiente comentario...

Tyler Durden dijo...

Bueno... podría pegarme horas hablando de detalles chorras sobre la vida y obra de Natalie, sus gustos, sus novios, pelis alternativas en las que ha participado, su implicación con Israel, su aparición en Barrio Sésamo, su flow rapeando, su futura maternidad... pero me centraré ya en la película, que no quiero irme demasiado por las ramas.

En León (El profesional), Natalie Portman realiza la mejor actuación infantil de la historia del cine y una de las mejores de su carrera (que rivaliza incluso con la de Cisne Negro, Zona Libre o Closer).
Y además, es el cenit de la carrera cinematográfica (tras León, su comenta que Bruce Willis se ligó a su churri en un esperpento futurista, a la que dos años después quemaría en una hoguera, y se despidió del cine de autor con Jamel "el enano" Debbouze y Rie Rasmussende -el pivonazo a la que le roban el collar al comienzo de Femme Fatale- para pasarse al bando de los Minimoys y su país de las chorradas) un tío que me cae muy bien: Luc Besson.

Por aquel momento Luc había hecho cosas interesantes como El gran azul o Nikita, dura de matar (gracias a la cual surgiría la interesantísima serie de TV con Peta Wilson dando tiros y Roy Dupuis poniendo cara de palo -algo que lleva haciendo muy bien desde la reivindicable Asesinos cibernéticos-), pero le faltaba aún su obra magna, que es León (El profesional).

León tiene todo lo que tiene que tener una película para que me guste, y en las dosis justas: una niña inocente pero perturbadora, un personaje de pasado desconocido, duro e implacable pero con aristas y buen corazón, un malo bien sobreactuado, inteligente e imprevisible, violencia seca y dura, momentos que te encogen el corazón y cierto toque de autor sobrevolando todo esto. Un cocktail perfecto que nunca se volverá a repetir (que no hagan una segunda parte, por favor), y que hacen que la valore con un 10 en filmaffinity sin ruborizarme, a pesar de su tono efectista (¿qué esperáis de Luc Besson?) pero a la vez efectivo.

No me gusta presumir pero el tiempo me suele dar la razón en bastantes cosas (la última vez que me pasó fue en Túnez, cuando a pesar de los comentarios del manipulador guía sobre lo bien que se estaba en Túnez y lo contentos que estaban todos con su presidente a mí me pareció todo lo contrario -otro tema sería el gafe que tengo cada vez que salgo de España... vuelvo de Túnez y se lía, en Londres me pillaron los atentados del metro, de campamentos fui a Biescas un mes antes de la catátrofe...-; por cierto, le deseo lo mejor a un pueblo lleno de gente tan agradable como el tunecino, y ojalá los fundamentalistas sean incapaces de aprovechar este vacío de poder temporal, porque es un pueblo preparado para la democracia que se merece la democracia). Bueno, que me voy por las ramas... ahora me está dando la razón con Natalie Portman. Y señores, esto me está oliendo a Óscar a kilómetros desde que vi Cisne Negro. ¿Acertaré?

Mientras tanto, difruten de este peliculón; sin duda, una de las mejores destinadas al gran público que he visto.