Aftermath (1994)


Título original: Aftermath.
Duración: 30 min.
País: España.
Director: Nacho Cerdà.
Guión: Nacho Cerdà.
Fotografía: Christopher Baffa.
Reparto: Xevi Collellmir, Jordi Tarrida, Ángel Tarris, Pep Tosar.
Género: Terror / Gore.
imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com





 imagebam.com imagebam.com imagebam.comimagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com imagebam.com

1 comentario:

Tyler Durden dijo...

El cine gore nunca me ha fascinado demasiado como género. El problema que tiene el gore, a mi modo de ver, es semejante al del porno. Al contrario que otros géneros como el western, presenta grandes limitaciones expresivas (aunque pienso que eso es culpa de los mediocres que se han acercado al género más que al género en sí mismo). Me explico; dentro del western, un director puede hacer (y se ha hecho) El topo, Centauros del desierto, Wild wild west, Sin perdón y Aquí llega Condemor, el pecador de la pradera. Como puede verse, te permite un amplio espectro de posibilidades expresivas. Sin embargo, porno y gore parecen ofrecer siempre lo mismo, dando vueltas alrededor de los mismos centros, salvo en contadas y raras ocasiones.
Me hace gracia todo aquel que echa por la borda al cine de hollywood, así, en general, por "estar cortado por el mismo patrón", y luego es un fanático de mierdas de serie Z igual de repetitivas y que lo único que las diferencia de gilipolleces como Un papá genial es una especie de "autoconsciencia imbécil". Sí, nuestro cine es una mierda, y es imbécil, pero lo sabemos y lo pasamos bien, dicen los gurús del infracine. No somos como esos gilipollas de Hollywood que hacen mierda y se la toman en serio. Ok. Pero recordad, como bien decís, que lo vuestro también es una mierda, y que es imbécil, y que ser consciente de ello no lo hace precisamente mejor.

Obviando el tema porno, como acumulación de vísceras que es, el gore poco más puede producir que asco (jamás tensión -piensen en Hostel, por ejemplo... ¿cuándo se ponían nerviosos? ¿En los momentos gore o cuando las víctimas huían del gore?-), y a ello, a dar asco extremo, se dedican ciertas obras como la saga Guinea Pig, Nekromantik o el mediometraje que aquí nos ocupa, que no son más que casquería altamente desagradable. Y punto. Otros directores, como Takashi Miike, han sabido utilizar más inteligentemente el asco que produce el gore en provecho de sus films, pero ése es otro tema.

La otra vertiente del gore, la que más me gusta, es la lúdica (Braindead -a la que dedicaré una entrada próximamente-, etc), que da la vuelta al asco producido para conseguir así hacerte reír y pasarlo realmente bien, rodeado de vísceras.

Volviendo a Aftermath, no es más que la provocación por la provocación. Así que la autopsia se remata con una de las pocas perversiones sexuales que no me resulta ni curiosa (simplemente, asquerosa): la necrofilia. Después de esto, Cerdà ha hecho poco más (tonterías como Los abandonados, etc), demostrando así que cuando al provocador se le quita su material, muchas veces sólo queda humo... larga es la distancia que separan a Cerdà de Pasolini o Gaspar Noé.