The Bridge (2006)


Título original: The Bridge.
Duración: 94 min.
País: Estados Unidos.
Director: Eric Steel.
Guión: Tad Friend (Artículo: "Jumpers").
Música: Alex Heffes.
Fotografía: Peter McCandless
Reparto: Eric Geleynse, Chris Brown, Susan Ginwalla, Caroline Pressley, Gene Sprague, Elizabeth 'Lisa' Smith, Rachel Marker, Tara Harrell, Lyle Smith, Dave Williams, Christina Koelling, Wally Manikow, Mary Manikow, Matt Rossi, Jen Rossi.
Género: Documental / Suicidio.
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1 comentario:

Tyler Durden dijo...

El otro día, viendo Precious entre risas (para quien no haya oído hablar de ella: http://www.cinecutre.com/index.php?modulo=criticas&id=853), me pregunté si no se habría alcanzado la cumbre del pornodrama... ni de casualidad.

Un par de días después, me topé con The Bridge.

Adelantaré que el suicidio me ha parecido siempre un tema de importancia capital, y reflexiono constantemente sobre él. Creo, al igual que planteaba Camus en El mito de Sísifo, que suicidarse o no suicidarse es el mayor problema filosófico que existe.

Vibré con las últimas palabras escritas de Pavese y ensayos que todo el mundo debería haber leído (El Dios salvaje, de Al Álvarez), y todavía tiemblo con algunas de las reflexiones que dejaba caer como quien no quiere la cosa Foster Wallace en alguno de sus escritos.

Me salva que soy un PRO VIDA de la ostia, pero siempre he tenido al suicidio como reflexión teórica rondando por mi cabeza. Mi primer relato, cuando era un crío (ya lo conté en este blog), fue sobre un suicida que nunca conseguía matarse. Era una comedia.

Me fascina la capacidad del hombre de retar al curso natural de las cosas, de decidir por sí mismo cuándo llega su fin (a lo Hunter S. Thompson), el valor que requiere un acto que también puede verse cobarde, la contradicción al instinto natural, la suprema libertad que desemboca en una supuesta nada... en fin, el suicidio me parece algo intelectualmente muy estimulante y excesivamente serio.

Por ello, ver un pornodrama con ínfulas documentaloides de tal sinvergüencería moral como The Bridge me removió literalmente las tripas.

Esta bazofia se realizó filmando durante casi dos años el Golden Gate de San Francisco... ¿la intención? Conseguir grabar a gente suicidándose, contando con la ventaja de que es el lugar del mundo donde más gente se suicida.

El director se escudaba en que en cuanto sospechaban de un suicida llamaban a la policía, y que así lograron evitar muchas muertes... en fin... viendo a Gene, el dubitativo suicida final sobre el que orbita todo el montaje del documental, resulta bastante dudoso. Pero el infame Eric Steel no se limitaba a esto; una vez muertos, averiguaban cómo se llamaba el muerto y se iban a entrevistar a la familia.

Lo más aberrante de todo esto es que aquí no se habla de nada. Este engendro no incluye ni una sola declaración de interés en sus 94 minutos de duración. Sólo falta una vecina diciendo: "Parecía normal, a mí siempre me saludaba en las escaleras". Incluso el único suicida superviviente a la caída que aparece en el film parece un subnormal al que la cabeza le abandonó hace tiempo a su suerte. Comentaré tan sólo que creía haberse salvado porque dios reencarnado en foca le hizo subir a la superficie.

Decir que es una pena de documental es quedarse corto. Es un documental obsceno, casi diría que pornográfico. Y es que me pongo en la piel del pobre Gene y en fin... me imagino que levantase la cabeza y viese que la decisión más trágica y radical de su vida hubiera sido filmada para un documental en el que tu caída fuese animada con una canción de fondo tan lamentable como End Of Our Days de un tal Howie Day (At the end of a day
/ Well I'm gonna say what I mean / Well I'm / At the end of a day / Well I'm gonna say what I mean / Slipping all away / It's slipping all away / It's slipping all away, now / At the end of our days / We'll escape / We'll escape / Oh, there's no escape / We'll escape -sic-)...

Involuntariamente, Eric Steel consiguió lo que quería: un documental realmente triste.

Leí en Filmaffinity que lo más interesante hubiera sido un documental sobre cómo se hizo este documental: el director aplaudiendo tras el último salto, planteándole a las familias de los suicidas la idea visionaria que ha tenido... ¡genial!

No pierdan el tiempo con esta mierda, sólo conseguirán enfurecerse. Ni siquiera merece la pena desde el punto de vista enfermo: el supuesto morbo de ver suicidios reales no compensa tanta basura.